Entre los numerosos interrogantes que los científicos y pensadores se plantearon a lo largo de la Historia, el origen de los organismos que los rodeaban tuvo un papel central. Ante la ausencia de un mecanismo claro que explicara la continua aparición de nuevos animales, muchos se volcaron hacia la llamada generación espontánea, descrita ya por Aristóteles en el siglo IV a.C. y admitida por pensadores como Newton, Bacon o Descartes. Esta teoría sostenía que ciertas formas de vida podían surgir de manera espontánea a partir de materia no viva. Es así como se explicaba que de un trozo de carne descompuesta apareciesen larvas de mosca o ratones de la basura. La idea se mantuvo durante cientos de años. En el s. XVII, el médico holandés Van Helmont publicó "Ortus Medicinae", en el que describía recetas para generar vida (ratones, concretamente). No fue hasta finales del siglo XVII cuando Francesco Redi y, más tarde, Lazzaro Spallanzzani empezaron a rebatir la teoría
La culminación de un trabajo sencillamente bien hecho. Han sido muchos los días y muchos los desvelos, así me consta, que te ha costado el realizar esta ardua tarea y que ahora ves culminada con este monográfico.Sólo me queda felicitarte y animarte a que sigas en esta línea, porque no me cabe la menor duda que la recompensa será casi inmediata. Vales mucho chico y no lo digo sólo por este trabajo sino por los muchos que has realizado y así te acreditan. Suerte Jesús y ánimo.
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